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François Truffaut | ||||
Véase el original | Querido JeanMe sentí muy orgulloso al ver que "Los Honores de la Guerra" figura en el catálogo de Carrosse y quería decírselo porque me gusta mucho esta bella película que no pasa de moda y tengo la certeza de que la nueva generación de espectadores sabrá verla y apreciarla mucho más. En ocasiones envidio su valentía al huir de la jungla de asfalto de los Campos Elíseos, la vida debe ser más humana en el Rosellón, uno de estos días le imitaré. Mis mejores deseos para el presente y el futuro. Reciba un saludo amistoso desde lejos pero cercano.
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Veintiocho años después,... | ||||
En el momento de su estreno en 1960, la película de Jean Dewever obtuvo el reconocimiento de Alain Resnais, Jean Renoir, Henri Jeanson, François Truffaut, Robert Parrish.... Veintiocho años después, sigue siendo vigente y cuenta con una limpidez sorprendente, su fuerza reside en su aparente sencillez (la del gran arte). Muy pocas películas han demostrado de forma tan elocuente la estupidez de la guerra. Patrice Vautier
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Le Nouvel Observateur | ||||
ENTRE LA PARRA Y EL TRAJE DE CAMPAÑA.
. Los Honores de la Guerra de Jean Dewever, vuelve hacer su aparición después de veinticinco años. Sin una arruga: como el buen vino y la estupidez humana.
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Yvan Audouard | ||||
" Se requería un tacto infinito para trazar un camino entre la vida y la muerte, para exorcizar su peligroso enfrentamiento. Tacto y un cierto ingenio. De lo contrario la demostración habría vencido la realidad. Los espadazos en el agua también hieren ... Hay un poco de Jean Renoir en Jean Dewever. No basta con decir que fue su asistente. Se ha convertido en su discípulo y continuador. Yvan Audouard
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En un bello día de verano | ||||
Esculpidas al aire libre, las imágenes de Ghislain Cloquet (en blanco y negro) cantan las fuerzas panteístas de la vida, al mismo tiempo que la puesta en escena, con libertad soberana, ocupa el espacio natural de las calles, las plazas, las rutas y las orillas del río. La mirada satírica se vuelve comprensiva frente a los alemanes vencidos, exhaustos, que sólo quieren volver a casa, tierno para los comensales de un banquete de un ventorrillo que la pasan haciendo discursos, de sus propias rivalidades, fundidos por el calor y la sensualidad reinantes. Cuando vuelve a escucharse el ruido de las armas, cuando se vuelve a desencadenar la violencia, malgastar la vida de esta forma duele. Al igual que el cineasta, el espectador mira con ojos de lamento las últimas escenas. ¿Este nuevo paso por las salas hará que esta gran película no siga siendo una película maldita? Jacques Siclier
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Les Honneurs / Las críticas | ||||
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